¿Por qué a mí?, ¿por qué ahora?, ¿por qué tuvo que pasarme esto?…Hace un tiempo estas preguntas rondaban por mi mente casi todo el tiempo. Me la pasaba buscando una razón lógica al “por qué” de las cosas, intentando descubrir una solución mental para cada situación emocional. Creyendo que sólo si encontraba la respuesta lograría trascender lo que sucedía. En realidad, lo que había estado haciendo era acumular creencias, pensamientos y declaraciones que no me funcionaban, pues en cada respuesta lo único que encontraba era angustia, tristeza, miedo, culpa o dolor.
Hoy, a través de mi experiencia como coach y coachee, me he dado cuenta que buscar el “por qué” de las cosas es un hábito bastante tóxico. La razón; es que esta pregunta lleva a tu mente al pasado, es decir, a la historia. Y a partir de ahí busca encontrar una causa o una justificación lógica que se encuentra, la mayoría de las veces, en el exterior. Entonces, cuando esto sucede, comenzamos a pelear con la realidad creyendo que “esto no debería de haber pasado”, nos sentimos sin poder y nos alejamos de vivir en paz, alegría y amor. Nos olvidamos de nuestra creatividad y dejamos de ver posibilidades perdiendo así la oportunidad que cada experiencia nos brinda para aprender y evolucionar.
Si queremos romper este círculo vicioso es momento de mirar a través del amor y dejar de vernos a nosotras mismas como víctimas, soltar la necesidad de tener la razón y entender que la única respuesta a todos los por qués es: ¡porque en el Universo todo es perfecto!
Para cambiar la dinámica, basta con cambiar las preguntas. Esto se vuelve sencillo una vez que sabes cómo.
¿Para qué a mí?
¿Para qué ahora?
¿Para qué me sucede esto?
¿Para qué tener un poco más de fe en este momento?
Preguntarse el “para qué” de las cosas genera un cambio en tu proceso de pensamiento:
Te libera de tener la razón.
Abre las puertas a la curiosidad y el aprendizaje.
Estimula tu diálogo interno.
Te ayuda a escuchar, sin juicios, las creencias, pensamientos y declaraciones que no te funcionan.
Despierta tu creatividad para darle un nuevo significado a esa experiencia que te causaba dolor.
Te regresa al presente y a tu ámbito que es donde tienes poder.
Comienzas a ver nuevas posibilidades.
Evoca más preguntas poderosas.
Te llena de energía para trascender.
Te invito a apoderarte de este conocimiento, verás como todo empieza a fluir de forma natural. Recuerda que la palabra “aprender” viene de “apoderarse” y esto se logra sólo con la práctica diaria. Cuéntame en los comentarios ¿qué tal te parece este tipo de contenido?
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